domingo, 16 de julio de 2017

Pasajes que vinculan al Mariel, con la historia de Cuba.


El nombre de La Habana, dado a una de las villas que fundó Velázquez en esta isla, lo tomaron
los castellanos del cacicazgo, región o provincia india de ese nombre, que al recorrerlo Pánfilo de
Narváez y el P. Bartolomé de Las Casas en 1514, estaba gobernado por el cacique Habaguanex, según
refiere el mismo Velázquez. Este cacicazgo comprendía desde El Mariel hasta Matanzas.
Herrera menciona entre los vecinos de La Habana que en 1518 se incorporaron a la expedición
de Cortés, a
Juan Velázquez de León, pariente de Diego Velázquez, Alonso Hernández Puertocarrero,
Gonzalo de Sandovel, Rodrigo Rangel, Juan Sedeño, Gonzalo López de Ximeno i Juan López su
Hermano.
Arrate cita a todos los anteriormente mencionados por Bernal Díaz del Castillo como
incorporados a la expedición de Cortés el año 1518, declarando que

es muy presumible estuviesen todos avecindados en ella desde su fundación, por constar
plenamente el que Montejo tenía posesiones en el Mariel del distrito de la Habana, cuando siguió
al expresado caudillo en su jornada, y que deseosos los demás de mejor fortuna dejarían a su
ejemplo las que gozaban, pues por lo que toca a Diego de Soto y Alonso de Rojas, (distinto del
que se conocía por el rico, que era Juan), no se ofrece duda alguna, porque finalizada la empresa
y ocupación que en ella alcanzaron, volvieron a La Habana como a lugar propio de su domicilio
y vecindad y dejaron en ella legítima descendencia, que se conserva hoy {1761} y tiene
justificado serlo de aquellos primitivos pobladores.

En año de 1537 sufrió La Habana el primero y muy desastroso asalto de los corsarios franceses.
Uno de éstos permaneció anclado en el puerto durante tres horas, observando los buques españoles que en él se encontraban, los que, al retirarse el corsario rumbo al Mariel, lo persiguieron y combatieron, con suerte adversa, pues el francés quemó dos y se llevó otro, no sin antes asaltar, saquear y quemar la villa. Es posible que en este incendio se perdieran, total o parcialmente, los Libros de Actas existentes hasta esa fecha.

Durante el gobierno de Diego de Mazariegos, sucesor de Angulo, estuvo La Habana en varias
ocasiones amenazada de asaltos de piratas, que no llegaron a desembarcar gracias a la vigilancia
mantenida por el Gobernador, en tierra, y a las flotas de Pedro de las Ruedas y de Pedro Menéndez de
Avilés. Al abandonar Mazariegos la Isla, en 1565, fue víctima, frente al Mariel, de los piratas, que lo hicieron prisionero, exigiendo rescate; pero enterado de ello el nuevo gobernador, García Osorio, envió al sobrino de Avilés, Pedro Menéndez Márquez, en defensa de Mazariegos, logrando aquél batir a los franceses y libertar al Gobernador.

Como certeramente ha notado Francisco González del Valle, «un hecho nada más empañó la
brillantez de su obra: la facilidad que dió a la introducción de esclavos africanos para fomentar la riqueza agrícola»; pero, como enjuicia dicho historiador, la responsabilidad de ese hecho:

no cae sola sobre Las Casas, pues en justicia tienen que compartirla los más prominentes
cubanos de su tiempo y los hombres que dirigían en España la política colonial; su previsión, sin
embargo, le hizo comprender el inconveniente que resultaría del aumento preferente de la
población negra esclava, y gestionó del Rey la inmigración de colonos blancos, por familias,
procedentes de Canarias, con las cuales contribuyó al desarrollo de las nacientes poblaciones por
él fundadas (Manzanillo, Guantánamo, Mariel...)
Fuente: Apuntes Históricos de la Habana,  EMILIO ROIG DE LEUCHSERING
Historiador de la Ciudad de La Habana. Tomo I. Publicados en su Segunda edición en  1963.  


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